miércoles, 9 de mayo de 2012















"Entonces sabes que has dado con una persona especial, puedes estar callado durante un puto minuto y compartir el silencio"



























lunes, 30 de abril de 2012


Agustín Fernández Mallo 



En la clase de Escritura creativa tuvimos la suerte de conocer a Agustín Fernández Mallo autor que acuñó el término poesía pospoética y que ha publicado la trilogía que componen las novelas Nocilla Dream, Nocilla Experience y Nocilla Lab.Es un autor innovador, que escribe cosas que se salen de la norma.

"El extrañamiento respecto al Mundo es importante" Fue una frase que nos dijo y que me llamó la atención, "El escritor creador debe ser como una especie de extraterrestre que aterriza en la Tierra" Con esto a mí me transmitió que quizá debamos mirar con otros ojos lo que hay a nuestro alrededor y será entonces cuando encontremos la inspiración. Al mirar el Mundo como un extraterrestre lo veremos como nunca antes lo habíamos visto y solo entonces podremos descubrir lo único.

Nos recalcó la importacia de innovar. En los tiempos que corren, que todo el mundo puede escribir es importante no ser como los demás, ser creativo. El acto creativo es en realidad buscar metáforas que tengan un impacto en el mundo, y que no esten gastadas. Nos hizo referencia a su blog (http://blogs.alfaguara.com/fernandezmallo/http://blogs.alfaguara.com/fernandezmallo/ ) como su laboratorio de ideas. Animó a los presentes a inspirarnos en cosas cotidianas, así como el en el arte de los demás. Usar vídeos, imágenes para realizar nuestro arte, no copiándolo por supuesto, sino dandole una vuelta de tuerca y partiendo de ello para realizar una cosa nueva. Cuando te pones a crear, inconcientemente intentas copiar a los grandes, es por eso que solo cuando conscientemente olvidas todo es cuando eres tu propia voz.

Una cosa que me resultó curioso es que este autor lejos de haber estudiado alguna carrera relacionada con la escritura, es físico. Es quizá eso lo que le hace tener una perspectiva diferente del Mundo que resulta más díficil alcanzar a un escritor que solo sabe de letras. Nos hizo referencia a que las ciencias no son el Mundo, son una representación de él. No son una realidad, sino una representación de la realidad. Y al igual que las ciencias son una representación de la realidad hay miles de representaciones de ella. Es más, creo que cada uno tiene su propia representación del Mundo pero para que al resto de la gente le resulte atractiva nuestra representación del mundo hay que contarla de una forma innovadora y creativa. Sobre todo lo importante para escribir es tener algo que contar pues si no hay nada que contar no lo vas a decir.


Como reflexión personal decir que es una suerte siempre el poder tener en frente a un autor y poder aprender de él. A mí me animo bastante el ver que hay autores con reconocimiento que escriben cosas que se salen de la norma y que innovan con los materiales audiovisuales, no solo escribiendo para transmitir emociones. He de decir que quizá él puede publicar lo que quiera porque ya tiene el reconocimiento necesario para hacerlo pues hay gente que intenta hacer cosas de su estilo llegando incluso a sentir vergüenza por su creación. Pero aun así personalmente me dejó con la sensación de si él puede nosotros también podemos.


lunes, 16 de abril de 2012



Una noche de verano

(En la puerta de un cementerio, está anocheciendo)

ANA: No es una buena idea
BRUNO: Venga no seas miedica.
DAVID: Pasar miedo siempre es divertido, además ¿qué piensas que va a pasar?
ANA: Con estos zapatos no puedo correr.
DANIELA: ¿Es que siempre tienes que ir tan arreglada?
ANA:¡Es sábado! Yo quería ir al centro, no estar aquí.
BRUNO: Venga, va a ser solo un rato, no va a pasar nada. ¡Será divertido!
ANA: Yo voy contigo Bruno, no me dejes sola.
DAVID: Venga! Dejaos de tonterías y vamos a pasar.

(Están a la entrada del cementerio, pero dentro)

ANA: ¡Es que aun no entiendo que hacemos aquí!
DANIELA: Se me ha olvidado decirle a mi madre donde íbamos a estar, siempre es bueno que algún adulto lo sepa.
BRUNO: ¡No seas aguafiestas! Sabes que si nuestros padres se enteran vendrán a buscarnos.
DAVID: Y no va a pasar nada ¡Yo estoy aquí para protegeros!
DANIELA: Bueno, pero sigo pensando que alguien debería saber que estamos aquí por si acaso.
DAVID: ¿Te está entrando miedo, Dani?
DANIELA: No, no, es solo....
DAVID: ¿Qué te parece si nos perdemos un rato por ahí los dos solos?
DANIELA: ¿Tú no has visto pelis de miedo?
ANA: Los problemas siempre empiezan cuando el grupo se separa, asique no os vayáis por ahí.(Se le engancha la chaqueta Con unas ramas)¡Ay! ¡Ayudadme!
DANIELA: ¡Si no fueses vestida como si te fueras a casar!
ANA: ¡Vaya! ¡Se me ha roto!
BRUNO: ¡Quitatela!
ANA:¡Sí hombre! No la voy a dejar aquí, además entonces tendré frío.
BRUNO: Solo es una chaqueta. Toma, ponte la mía.
ANA: ¿Esa chaqueta tan fea?
DAVID: Venga no seas pesada, póntela o congélate de frío pero vamos.
ANA: (Se pone la chaqueta) No me puedo creer que lleve esta chaqueta, no me pega para nada. Además tiene un color horrible. Nunca me ha gustado. Deberías comprarte ropa a la moda y dejar de vestir así. Parece que no tienes gusto.
BRUNO: Al final te quito la chaqueta....
ANA: ¡Es que es verdad! Siempre vas como si hubieses cogido lo primero que has pillado, como si no te importase. No puedo entender como puede haber gente a la que no la importe como va vestida.
DANIELA: Ana, no empieces. Además si no te va a ver nadie. Como mucho algún zombie que salga de su tumba....

(Ana se queda parada. Los demás se ríen)

ANA: ¡No digas eso!
DAVID: No te preocupes, pequeña, yo estoy aquí para protegerte.
DANIELA: ¡Mira, si aquí tenemos un fantasma!

(Se oye un ruido)

BRUNO: ¿Habéis oído eso?
DANIELA: ¿El qué?
BRUNO: Ha sido como un golpe. Creo que ha venido de allí atrás.
ANA: A mi todo esto me está dando muy mal rollo.
DAVID: ¡Venga vamos a ver que ha sido!

(Se adentran un poco más en el cementerio en silencio)

DAVID: Parece que aquí no hay nada. ¿Seguro que has escuchado algo?
BRUNO: Creo que sí. Aunque ya empiezo a dudarlo.

(Se escucha otro fuerte golpe y los chicos/chicas empiezan a correr. Ana se tropieza y se cae,)

DANIELA: ¡Mirad eso! (señalando al cielo) ¡Fuegos artificiales!
DAVID: ¡Eso eran los ruidos! ¡Claro! Son las fiestas del pueblo de al lado. Y vosotros estabais ya muertos de miedo.
ANA: (Desde el suelo) Vaya parece que se me ha roto el zapato, yo no puedo seguir andando.
DAVID: Pues yo quiero llegar hasta el final ¡es lo que acordamos! Llegar hasta la caseta y ver si en verdad hay algo como cuentan o son solo historias.
DANIELA: Yo también tengo curiosidad, ya que hemos llegado hasta aquí....
ANA: ¿No pensareis dejarme aquí sola?
BRUNO: Pues es una opción. (sonriendo)
ANA: Dani, ¿no serás capaz de dejarme aquí sola?
BRUNO: Venga, yo me quedaré contigo. Así les dejaremos un rato solos....
DANIELA: ¡Ni que quisiésemos estar solos!
DAVID: Hombre.... además yo te protegeré, no tengas miedo!
DANIELA: No tengo miedo! No digas tonterías. Yo no necesito que nadie me proteja. Sé cuidar de mí solita. Siempre estás igual. Que si te protejo, que si te cuido.... Enterate de una vez que no necesitamos que nadie nos cuide ni nos proteja! ( Se va alejando mientras habla y David corre detrás)
DAVID: Bueno, bueno tampoco es para ponerse así....
(Andan un rato en silencio)
DANIELA: Bueno pues parece que no hay nada raro por aquí.
(Se oye un fuerte golpe)
DAVID: ¿Qué ha sido eso? Tal vez deberíamos volver con Bruno y Ana.
DANIELA: ¿Tienes miedo?
DAVID: ¡No! Pero...
(Siguen andando y David le coge la mano)
DANIELA: ¿Qué haces?
DAVID: Estaba pensando en lo guapa que estás a la luz de la luna (se aproxima para besarla)
(Daniela da un salto y se aleja, se ve una sombra a lo lejos, entre la oscuridad)
Daniela: ¿Qué es eso? (y sale corriendo hacia donde estaban Bruno y Ana, David le sigue)
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(Bruno y Ana están junto a un árbol, se ve la puerta por donde han pasado a lo lejos)
BRUNO: Se dice que hace un par de años desapareció una chica es ese bosque.
ANA: ¿Estás intentando meterme miedo?
BRUNO: No, te estoy contando lo que pasó. Era una tarde de verano, y un grupo de chicos y chicas habían ido a pasar la tarde al bosque, para ver el atardecer.
ANA: ¿y como sabes esa historia? ¡te lo estás inventando!
BRUNO: Verás, lo sé porque yo formaba parte de ese grupo. Gemma y yo nos fuimos a dar un paseo y nos alejamos del resto. A mí me gustaba mucho y pensaba que yo a ella también, estaba atardeciendo y la verdad es que me pareció muy romántico decirle lo que sentía en ese momento pero cuando la besé ella se apartó y me dijo que lo sentía pero que no podía hacerlo. Entonces se fue corriendo. La seguí pero se escabulló entre los arboles alejándose de donde estaban los demás.
ANA: vamos, que la espantaste. (riéndose)
BRUNO: No es gracioso, Ana. Volví donde estaban los demás y ellos no la habían visto. Se lo conté y empezamos a buscarla. Estaba anocheciendo y la oscuridad empezaba a adueñarse del bosque, la buscamos durante horas pero no la encontramos asique al final decidimos volver a su casa por si había vuelto. Pero en su casa no había nadie asique llamamos a la policía. La buscaron durante días pero Gemma nunca volvió. Nunca más volvimos a saber de ella.

(Llega Daniela corriendo, muy sofocada y nerviosa, David viene por detrás)
DANIELA: ¡Vámonos!
ANA: ¿Qué ha pasado?
DAVID: ¡Será mejor que salgamos de aquí!
DANIELA: Creo que he visto algo. Era la silueta de una chica. No puede ser. Parece que estoy loca. Quiero irme.

(Los cuatro se dirigen rápido hacia la puerta del cementerio que no estaba muy lejos)
BRUNO: ¿Qué es lo que has visto?
DANIELA: No lo sé, era una sombra. Igual era... alguna planta o algo, pero no me ha gustado lo que he sentido.
DAVID: ¡Mierda! La puerta está cerrada.
ANA: Mirad, allí hay un agujero en la verja, salgamos por ahí.
BRUNO: Pero te vas a manchar de barro.
ANA: ¿Crees que me importa eso ahora? Solo quiero llegar a casa. ¿Y si era el fantasma de la chica esa de la que me has hablado? Sabía que no teníamos que venir.

(Una vez fuera, Ana Se queda mirando al cementerio fijamente. Se escucha algo)
ANA: ¿De qué chica hablabais?
BRUNO: De una chica que desapareció hace algún tiempo en ese bosque.
DAVID: ¿Habéis oído eso?
BRUNO: Venga vámonos!
(Se alejan, volviendo al pueblo)
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(Sentados en un banco, hay farolas encendidas pues de noche y se ven viviendas y gente paseando )
BRUNO: Daniela, yo también he visto algo.
DANIELA: No quiero volver a hablar de esto jamás, si se lo contamos a alguien nos tomarán por locos.
DAVID: Pero allí había algo.
DANIELA: He dicho que no quiero hablar más de esto! Me voy a mi casa. (se aleja)
ANA: Espera, que voy contigo.



FIN






lunes, 26 de marzo de 2012


Fermín Cabal



Fermín Cabal es un dramaturgo, además de guionista de cine y televisión, director de cine y teatro y periodista. 

Yo no pude acudir a su conferencia pero al parecer a mis compañeros no les gustó mucho. Me hubiese gustado asistir para tener la perspectiva de un dramaturgo con respecto a la escritura. Además que su currículum es impresionante y ha recibido varios premios a lo largo de su trayectoria profesional.

No puedo escribir mucho más sobre él, pues al no haber estado presente durante su intervención no puedo formarme una opinión que no sea objetiva con respecto a la información que puedo encontrar de él. 

 Huir de mis recuerdos



 He vuelto a soñarlo otra vez. Una sensación horrible recorre cada centímetro de mi cuerpo: angustia, miedo, impotencia. Siento un fuerte golpe y despierto. No puedo evitar ver esa imagen cada vez que cierro los ojos.

Miro a mi alrededor. Estoy temblando, gotas de sudor frío caen a lo lago de mi cuerpo. No pasa nada, estoy en mi cama. Cierro los ojos y vuelvo a sentir miedo. Cuando este sentimiento me invade y los escalofríos recorren todo mi cuerpo revivo cada instante, cada horrible momento que viví.

No sé si quiero recordar, pero no puedo huir de mis recuerdos. Era de noche. Yo caminaba. No recuerdo muy bien por qué, pero esa día decidí tomar otro camino. No había nadie a mi alrededor aunque yo miraba constantemente hacia atrás. Me repetía lo paranoica que estaba por pensar que alguien me seguía. Estos recuerdos van a hacerme enloquecer. Siento un fuerte dolor en el pecho, esa angustia, tal vez culpabilidad. No fue culpa mía me repito una y otra vez pero no puedo evitar sentirlo así. Si hubiese ido por el camino de siempre... Quién sabe si hubiese podido evitar su muerte.

Vi una sombra en la puerta de una casa y me entró un poco de miedo, he de reconocerlo. Me crucé de acera y seguí caminando, pasé de largo y comencé a andar más deprisa. Unos pasos se aproximaban detrás de mi. Yo andaba cada vez más rápido. Empecé a correr, asustada por todas esas historias de chicas violadas que había escuchado. Todos pensamos que no nos va a pasar a nosotros hasta que nos pasa. Miré hacia atrás cuando giré la esquina de la calle, no había nadie. Menos mal, pensé, pero lo peor estaba aun por llegar. Un poco más tranquila seguí caminando y entonces fue cuando escuché una voz que decía algo, no lo entendía muy bien. Volví a mirar y no vi a nadie.

De pronto un hombre apareció ante mí, dijo algo que no recuerdo. Sentía como cada centímetro de mi cuerpo temblaba. Creía saber lo que iba a pasar, pero no imaginaba que fuese a acabar así. No quiero recordar. Solo quiero borrar esta historia de mi cabeza. Echar a esos fantasmas que me visitan cada noche cada vez que cierro los ojos. No he vuelto a pasar por allí.

Me empujó fuertemente contra la pared. Estaba paralizada, no podía ni moverme. Sentía su aliento en mi cuello, me susurró cosas que no puedo reproducir. Me hizo sentirme débil, frágil, una muñeca de trapo. Me tocó, no podía moverme. Notaba como las lágrimas caían por mis mejillas. Sabía que era lo que quería de mí y no podía hacer nada por evitarlo. Era más grande y más fuerte que yo. Me tenía sujeta. Su cuerpo me aplastaba contra la pared. Entonces noté como se desabrochaba el pantalón. No sé muy bien como tuve el valor, quizá hubiese sido mejor no tenerlo. De haber sabido lo que ocurriría después no sé si lo hubiese tenido. Le golpeé con la rodilla y me escabullí como pude de entre sus brazos. Corrí. Corrí tan rápido como nunca antes recordaba haberlo hecho. Sabía que vendría detrás de mí y no me equivocaba, pero tenía demasiado miedo como para mirar atrás.
Fue entonces cuando recordé que alguien me dijo que en caso de verme acorralada gritase fuego, pues ante el fuego siempre la gente reacciona. Y así lo hice. Corrí tan rápido como mis piernas me lo permitieron gritando fuertemente, todo lo fuerte que mi voz temblorosa me dejaba. Estaba nerviosa, tenía miedo. Sabía que era difícil escapar. Corrí oyendo como él también corría, tropecé y caí. Me cogió. Ahora estaba enfadado. Me golpeó en la cara. Volvía a ser una muñeca de trapo a la cual zarandeaba. Me insultaba, veía en su mirada lo enfadado que estaba. Volvió a tocarme. Yo estaba paralizada. Me rompió la camisa. Me tocaba tan fuerte que me dolía. Notaba un bulto en mis piernas. Estaba tan asustada que no podía hacer nada pero tuve suerte, menos que el chico que me oyó y vino en mi ayuda.

Me siento mal. Todas las noche revivo ese momento, no pude hacer nada. No supe ni su nombre hasta horas después. Pero me salvó dejando esta horrible culpa en mí. Después supe que me había oído gritar y al ver a ese horrible ser golpeándome no pudo evitar venir a ayudarme. De un empujón lo quitó de encima. Casi arrastrándome me escondí entre unos coches. Quería correr, huir, pero no podía. Tenía el cuerpo dolorido, temblaba y no podía parar de llorar. Aun seguía paralizada.

Oí como discutían, hubo empujones, puñetazos, un cuchillo y pasos que se alejaban. Lo siguiente que vi (gran pausa agachando la cabeza) fue su cuerpo, el cuerpo de aquel chico que no debía tener mucha más edad que yo tendido en el suelo y un gran charco de sangre. No fue culpa mía me repito una y otra vez, pero no puedo evitar sentirlo así. Si no hubiese gritado no habría salido en mi ayuda y ese cuchillo no lo habría matado. Si no hubiese ido en esa dirección, si no hubiese cambiado de camino, si esa noche no hubiese salido. Cogí mi móvil y llamé a la policía, pero cuando llegaron era demasiado tarde, había muerto. Había muerto por ayudar a una desconocida. Cambió su vida por la mía y no puedo evitar llevar esa culpa en mí.

lunes, 5 de marzo de 2012


Consuelo Triviño Anzola

El pasado martes 28 de febrero tuvimos la suerte de tener entre nosotros, en la clase de Escritura Creativa II, con Consuelo Triviño Anzola, escritora de narrativa y ensayista colombiana.

Nos explicó como en su lugar de origen hay una importante cultura libresca, se da gran importancia a hablar bien y a escribir bien. Nos contó la importancia del viaje a Europa para un escritor, pues es el experimentar en sus propias carnes lo que ha leído, es una nueva perspectiva de vivencia con respecto a lo vivido a través de los libros.

Explicó a través de su propia experiencia como todo lo que tenga que ver con la escritura cuenta, todo absolutamente todo, idea que me hizo reflexionar pues a veces damos por perdido el tiempo invertido en trabajos académicos, por ejemplo. Ella vino como estudiante a España a hacer la tesis doctoral y varias veces se planteó si no era una “pérdida de tiempo” el estar escribiendo su tesis cuando podría estar escribiendo algo que la llenase más, todo aquello que quería contar, pero con el paso del tiempo se dio cuenta de que ese tiempo no no había mal gastado sino que ahora le servía de base para hacer una de sus obras Semilla de la ira. La gran novela sobre José María Vargas Villa.

La visita fue muy interesante, además tuvimos la oportunidad de leer uno de sus relatos Una va sola y que ella misma nos lo explicase.

Nos confesó algún secreto para ser un buen escritor como es la disciplina y el trabajo constante, y sobre todo que se tiene que tener algo que decir, también lo difícil que es ser un gran escritor sin ser un gran lector.

Me sentí identificada en varios de los comentarios que hizo, pues yo soy una de esas personas que tienen un cuaderno que no dejan que nadie lo vea, por vergüenza, por miedo, por inseguridad pues ¿a quién puede interesar? Y precisamente esa es una de las preguntas que tenemos que hacernos a la hora de escribir algo, cuando sientes esa necesidad de escribir, de contar algo tienes que plantearte si se puede convertir en escritura y si a alguien va a interesarle. El salto a vacío, el camino a lo desconocido, eso es la escritura y el verdadero secreto es conseguir verosimilitud, creer lo que escribes y que además otro se lo crea.

Aquí os dejo el enlace de su página web, por si queréis saber más sobre esta autora: